Este fin de semana vinieron unos amigos a comer a casa y al acabar la comida les pregunté si querían tomar café, té o una infusión. La mayoría afirmaron querer café, pero desecharon inmediatamente la idea manifestando que yo no tenía cafetera. Aquella reacción me resultó de lo más curiosa y sorprendente porque yo, de hecho, sí tengo cafetera, tengo la misma cafetera de acero inoxidable desde hace casi veinte años y cada año que pasa hace, en mi opinión, un café más rico, el único problema que tiene es que no hay agujero por el que meterle las cápsulas. Aquello dio pie a que yo comentara una llamada que hemos recibido hace poco en la Unidad de Medio Ambiente al respecto de cuál es el contenedor adecuado para depositar las cápsulas de café. La pregunta parece en principio sencilla, pero en el fondo es algo más compleja de lo que parece. El caso es que todas estas casualidades me han llevado a investigar un poco sobre el tema y he descubierto algunas cosas que no sabía.
Dependiendo de lo que hagas con ellas podrías estar cometiendo una ilegalidad
Aunque generalmente están hechas de plástico o de aluminio o de una mezcla de ambos, la legislación vigente no las contempla como envases porque no quedan vacías una vez usadas. Sí, sí, has leído bien. De hecho la Orden Ministerial que lo regula lo menciona específicamente, si bien es cierto que lo hace de una forma tal que la responsabilidad sobre este tema pasa a ser enteramente del consumidor. Es decir, que si abres tu cápsula usada y le quitas el café se te permite depositarla en el contenedor amarillo junto con el resto de envases, pero si no quieres hacer ese esfuerzo han de ir al contenedor de orgánica o estarías incumpliendo la ley.
1 tercio de tu cápsula es única y exclusivamente el envase
Según la Organización Internacional del Café, el del café es un negocio bollante, cosa que no es de extrañar teniendo en cuenta que es la bebida más consumida en el mundo después del agua; pero el negocio de las máquinas de cápsulas lo es todavía más, su uso no ha dejado de crecer ni siquiera en época de crisis y se han hecho especialmente populares en oficinas y otros lugares de trabajo. En cualquier caso es cierto que no todo el mundo consume café en cápsulas monodosis, ¡menos mal!… Hagamos un cálculo rápido. Según la OIC en España se consumieron en el mes de octubre 3,5 millones de tazas de café, si todas esas tazas se hubieran hecho con cápsula y teniendo en cuenta que el envase pesa unos 3 gramos, estaríamos hablando de que en España se habrían generado solo en el mes de octubre más de 10 toneladas de residuos de cápsulas de café… Escalofriante. Pero de momento la cuota de mercado en las cápsulas parece ubicarse entre el 15% y el 20%, así que solo estamos hablando de casi 2 toneladas por mes…No sé a vosotros, pero a mí no se me ha pasado el escalofrío.
Las cápsulas se pueden reciclar, pero…
En realidad están hechas del mismo plástico o aluminio que otros envases que sí entran en el proceso de reciclado, el problema viene por el poso de café que queda una vez las has utilizado, ¿es esto un impedimento tan grande para su reciclado?…, sinceramente no lo sé, a priori no lo parece, la mayoría de los envases entran en la cadena con algún resto de su contenido, la diferencia en este caso es que las cápsulas están selladas y es probable que no exista una forma sencilla y automatizada de separar el café. En este caso, la lógica parece indicar que es menos costoso que el usuario separe ambos residuos, pero esa es una incomodidad a la que no muchos están dispuestos
La filosofía consumista del usar y tirar llevada al café
No creo que sea necesario explicar el problema que suponen los residuos de plástico o aluminio, sobre todo si no se gestionan adecuadamente, pero es quizá más importante el modelo de consumo que representan las monodosis. Las cápsulas de café introducen un embalaje adicional del producto (la propia cápsula) que no tiene ninguna función más que la de contener el café y que será desechado, en la mayoría de los casos, de manera inmediata, generando un residuo de muy difícil degradación que, muy probablemente, ni siquiera entre en la cadena de reciclaje por no tener la consideración de envase. Esto es solo un ejemplo más del paradigma de usar y tirar que es a todas luces insostenible.
Un invento revolucionario, la cafetera de toda la vida
Existen en el mercado modelos de cápsulas que dicen estar hechas de materiales biodegradables o incluso que se pueden rellenar. Pero lo mejor de todo es que, aunque quizá no sean tan sofisticadas, existen desde hace mucho tiempo infinidad de modelos de cafetera que, ¡oh, maravilla de las maravillas!, funcionan sin cápsulas, quizá no hagan que te sientas por un momento como una rutilante estrella de Hollywood, pero si lo piensas bien a lo mejor te hacen ahorrar dinero y sentirte orgulloso como habitante de este planeta.
Lo de dentro también importa
No sólo la cápsula como envase tiene un impacto difícil de justificar sobre el medio ambiente. La mayor parte del impacto ambiental y social de tu taza de café viene del cultivo de los granos, cultivo que se está viendo gravemente amenazado por el escenario actual de cambio climático. Aunque hay opciones de cápsulas de café ecológico y de comercio justo, ninguna de las principales comercializadoras tiene esta opción en el mercado.
Un lujo que el planeta no se puede permitir
Está claro que las grandes marcas han hecho un trabajo publicitario excepcional, lo que se nos vende es una experiencia completa asociado al hecho de tomar nuestra dosis de cafeína diaria. No soy un experto en café y no voy a opinar sobre si este es mejor o peor que aquel, pero no deja de llamarme la atención lo increíblemente dispuestos que estamos a pagar más (en ocasiones bastante más) por vivir una experiencia gourmet que quizá sea muy de nuestro gusto, pero es evidente que no es del gusto del planeta
Buenas, sí, es espantoso. Me pasa lo mismo con la cafetera de toda la vida, poco más que despreciada.
Entonces si se abre y se saca el café al contenedor amarillo.
¿Sabéis como lo están haciendo los gestores de residuos? Lo digo por el caso de las empresas, que generan cantidades y no saben como gestionarlas.
Gracias!!
Un artículo muy interesante. Realmente nos tendremos que plantear volver al café de siempre.
¡Muchas gracias, Paco! Nosotros pensamos lo mismo y estamos seguros de que con lectores como tú y ofreciendo contenidos de calidad lo conseguiremos.
Gracias, me ha gustado mucho el post y de paso me he dado una vuelta por el blog. Debería tener más visibilidad en la UPV…