¿Cuál ha sido el tiempo de vida del último folleto publicitario en papel que llegó a tus manos?… Es posible que durara menos tiempo del que has empleado en recordarlo. La publicidad en formato impreso sigue siendo muy utilizada por las empresas para dar a conocer sus productos y servicios, el problema es que suele realizarse de manera indiscriminada, consume grandes cantidades de papel y termina generando una gran cantidad de residuos.
De un tiempo a esta parte se ha hecho bastante habitual la ubicación de carteles en los portales de los edificios indicando que no se acepta propaganda. En su origen esta iniciativa no tenía una finalidad ambiental en la mayoría de los casos, pero ha resultado ser una buena forma de reducir los residuos de papel generados por los buzoneos masivos. Algunas grandes superficies optaron en su momento por no enviar folletos a domicilio, aunque siguen manteniendo este tipo de publicidad en sus locales.
La publicidad es una actividad legítima y necesaria para las empresas que precisan dar a conocer sus productos y servicios a sus clientes potenciales, ¿por qué no recibirla en el buzón electrónico?… La mayoría de las entidades que envían propaganda suelen ofrecernos la opción de recibirla por correo electrónico. De este modo evitamos, por un lado el consumo de materiales, entre ellos papel, para elaborar un porducto cuya vida útil es muy breve, y por otro lado evitamos generar residuos innecesarios.
Si lo que ocurre es que no queremos recibir publicidad en absoluto, es posible hacer uso de las llamadas Listas Robinson de exclusión publicitaria. En España estas listas están gestionadas por la Asociación Española de la Economía Digital y son consultadas por las empresas para evitar enviar publicidad a quien no desea recibirla. Las listas Robinson permiten excluir la recepción de publicidad no sólo en papel sino también por correo electrónico e incluso por teléfono. Como dato curioso también permiten excluir a personas ya fallecidas.